Presentación de la novela "Antología Teatral. Escrito en Piel" de Eduardo Corrales García
El salón de actos del I.E.S. Maestro Francisco Fatou acogerá en la jornada de mañana viernes, 25 de octubre, a partir de las 20:00 horas el acto de presentación de la novela "Antología Teatral. Escrito en Piel" de Eduardo Corrales García y editada por la editorial sevillana "Punto Rojo Libros".
Según el autor, se trata de "una novela ambientada en Ubrique" y que "resalta el espíritu industrioso y trabajador del pueblo".
Sobre el autor
El autor es el menor de cuatro hermanos, tres varones y una hembra, recuerda claramente como un día al levantarse y encontrar la casa llena de familiares, la madre le dijo que su hermano Luís que dormía sobre una banqueta había muerto.
Nunca pudo entender aquello... eso de que alguien se fuese y no volviese más. Por la tarde esperaba al lucero, que decían que era su hermano, pero seguía sin volver; luego se acercaba a los manantiales del Rodezno, donde el agua nacía con mucha fuerza y en la que ambos habían jugado tantas veces, pero a pesar de sus lloros, seguía sin volver. Lo llamaba, le gritaba, para que saliera, introducía la cabeza por aquellos chorros. Escuchaba unas voces… "Ese niño está loco, está tonto …. ¿es que te quieres morir como tu hermano, ¿te quieres ir con él? Ni llamándolo con ganas, ni sin ganas, nunca más volvió, pensaba con rabia y lo juro:” me da lo mismo que sea ley de vida, que estés con Jesús..., te has ido y me has abandonado y nunca te lo perdonaré".
Pasó el tiempo y estudió en Jerez el bachillerato, en Sevilla los primeros cursos universitarios y en Madrid la carrera de Farmacia, y a distancia en la UNED, Derecho, porque su hermano Luis quería ser abogado.
El autor siguió su vida, se enamoró, se casó con Paquita Pecino, maestra nacional, con quien tuvo la dicha de tener tres preciosos hijos y la desgracia de haber perdido a la mayor. La muerte de una hija nunca se asume, se acostumbra uno a vivir sin ella, pero desde entonces rompió su juramento y él que es creyente, perdonó a su hermano, que lo había abandonado para siempre, porque entendió que la vida es una perpetua enseñanza.
Más allá de ser una persona que ha sentido la muerte por causas naturales de dos seres queridos, nunca ha podido entender una muerte por una guerra y menos una trifulca civil, ni por la intolerancia, ya sea Santa o Laica, ni que existan muertos de primera y de segunda. La intolerancia siempre es perversa y es uno de los temas que aborda en sus obras, La Vuelta de los Fantasmas, La Historia Inservible y La Urraca (Usmena).